Ana Ávila es la Directora General de La Unión UILMAC, se formó como profesional en Ciencias de la Comunicación y se especializó en Mercadotecnia.
Durante toda su vida trabajó en el ámbito de la política orientada hacia la comunicación, en gran medida por la dedicación de su padre en este camino. En este recorrido Ana aprendió sobre temas administrativos, ceremoniales y de protocolo, pero siempre estuvo en contacto con la industria gráfica y los impresos. En un momento de su vida, tomó la determinación de renunciar, pasar de estar como cliente y mirar desde el lado de la producción, y es así que se vinculó a una agencia de publicidad donde, a partir de la cercanía con la industria gráfica y proveedores de impresión, pudo aprender mucho de los procesos de impresión, de ahí que más adelante la invitaran a dirigir la Asociación de impresores y empresarios de la comunicación gráfica más longeva de México, La Unión, UILMAC y el Premio Nacional de las Artes Gráficas.
“La industria gráfica es una gran familia mexicana, me han dado la oportunidad de conocer a personalidades enigmáticas y enriquecedoras que han forjado esta industria y de quienes aprendo día a día. Ahora como Directora General tengo el gran reto de promover entornos profesionales y personales para nuestros socios e impresores donde la transformación tecnológica, el cuidado del planeta y la inclusión sean una base.
El aprendizaje es constante como en todas las industrias, particularmente porque está siempre en movimiento y transformación tecnológica, esto la ha motivado a investigar y tener la habilidad de vincular clientes con proveedores, y apoyar en la solución de problemas y toma de decisiones.
Como una bandera personal, Ana promueve desde diversos proyectos la igualdad y el respeto por el trabajo profesional de las mujeres. La igualdad sustantiva es lo que se tiene que hacer para lograr el equilibrio. La industria gráfica con el paso de los años ha sido más abierta para ofrecer oportunidades laborales, sin estereotipos de género, prejuicios, desigualdades o exclusión. Los puestos de las mujeres en la industria son en su mayoría administrativos, pero se debe romper este paradigma, y facilitar que las mujeres que quieran y puedan trabajar en máquinas o en planta lo hagan. Ahora la automatización de procesos nos permite estar en posiciones similares.
“Siéntanse poderosas todas, porque son únicas y aunque el reto ha sido muy difícil, sobre todo por la generación, el éxito de poder contarlo, de estar ahí y de ser un ejemplo para las siguientes generaciones es muy importante”.
Al preguntarle a Ana sobre cuál considera que ha sido su mayor logro, ella reconoce que no se trata de uno específico, al contrario, “todos debemos de sentirnos orgullosos y satisfechos del trabajo bueno o malo que hagamos, porque eso nos genera un aprendizaje”. Ella reconoce su integridad, determinación de finalizar lo que empieza y “nunca tirar la toalla”.
“Debemos de sentirnos siempre orgullosos de lo que hacemos en la vida, todos los días son un logro”.
En este sentido, la experiencia le ha permitido entender a Ana que como mujeres debemos de invitar a más mujeres para que se sumen a la industria, y aunque somos muy competitivas debe prevalecer el apoyo entre todas, permitirse brillar y potenciar sus fortalezas y ese es un reto de todos. Para poder impulsarnos, debemos también eliminar estigmas que surgen desde el núcleo de la familia, hombres y mujeres tienen las mismas responsabilidades en el hogar, es fundamental educar a las nuevas generaciones para promover el respeto y la igualdad.
Y aprovechando el espacio, Ana nos comparte que, aunque ha conocido en la industria gráfica muchísimas mujeres increíbles, destaca a Claudia Ramírez de Canon Mexicana por su integridad y disciplina, una mujer con mucha educación que trabaja por la equidad y sobre todo por los mismos derechos. Es una mujer poderosa no solo por donde está sino por lo que ella es, una persona íntegra.
Para cerrar, Ana reconoce que estos cambios generacionales también deben traer consigo cambios en las estructuras organizacionales como espacios de lactancia para permitirle a la mujer seguir trabajando si así lo desean, la cooperación de todos para ser equitativos también se debe dar en las empresas.
¿Qué le dirías a tu yo del pasado?
“Yo le diría: vuélvelo a hacer. Mi papá me dio este gran consejo de ¿por qué tener miedo?, las personas también tienen miedo de ti, debes hacerte respetar y eso me ha hecho muy franca en todos los ámbitos y con todas las personas. Nunca deberíamos arrepentirnos de lo que hicimos porque eso nos ha hecho ser lo que ahora somos”.
Comentarios